Trastorno
de personalidad: es un patrón
permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se
aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su
inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo
del tiempo y comporta malestar o prejuicios para el sujeto.
Un síntimoma del trastorno puede ser el aloplástico, repercuten en los demás y son plenamente aceptados por el ego del paciente. La sintomatología de la personalidad anómala es como el aliento con olor a ajos, solamente lo sufre el observador.
Un síntimoma del trastorno puede ser el aloplástico, repercuten en los demás y son plenamente aceptados por el ego del paciente. La sintomatología de la personalidad anómala es como el aliento con olor a ajos, solamente lo sufre el observador.
Rasgos
del trastorno de personalidad:
Egosintónicos: la
persona se siente bien como es, o en todo caso percibe su sufrimiento emocional
como algo inevitable, sin relación alguna consigo mismo, con su manera de ser y
comportarse.
Desadaptativos
hacia el final de la adolescencia se consolidan de forma permanente y estable),
y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo.
Diez tipos
de trastornos de personalidad, reunidos en tres grupos:
1.- Raros o excéntricos:
Paranoide → desconfianza excesiva o
injustificada, suspicacia, hipersensibilidad y restricción afectiva.
Esquizoide → dificultad para establecer
relaciones sociales, ausencia de sentimientos cálidos y tiernos, indiferencia a
la aprobación o crítica.
Esquizotípico → anormalidades de la percepción, del
pensamiento, del lenguaje y de la conducta, que no llegan a reunir los criterios
para la esquizofrenia.
Este grupo de trastornos se
caracteriza por un patrón penetrante de cognición (por ej. sospecha), expresión
(por ej. lenguaje extraño) y relación con otros (por ej. aislamiento)
anormales.
2.- Dramáticos,
emotivos o inestables:
Antisocial → conducta antisocial continua y
crónica, en la que se violan los derechos de los demás, se presenta antes de
los 15 años y persiste en la edad adulta.
Límite → inestabilidad en el estado de ánimo, la identidad, la
autoimagen y la conducta interpersonal.
Histriónico → conducta teatral, reactiva y expresada
intensamente, con relaciones interpersonales marcadas por la superficialidad,
el egocentrismo, la hipocresía y la manipulación.
Narcisista → sentimientos de importancia y grandiosidad,
fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y admiración,
explotación interpersonal.
Estos trastornos se caracterizan por
un patrón penetrante de violación de las normas sociales, comportamiento
impulsivo, emotividad excesiva y grandiosidad. Presenta con frecuencia exteriorización
de sus rasgos, llevando a rabietas y arranques de rabia.
Evitativo → hipersensibilidad al rechazo, la humillación o la
vergüenza; retraimiento social a pesar del deseo de afecto, y baja autoestima.
Dependiente → pasividad para que los demás asuman las
responsabilidades y decisiones propias, subordinación e incapacidad para
valerse solo, falta de confianza en sí mismo.
Obsesivo-compulsivo → perfeccionismo, obstinación,
indecisión, excesiva devoción al trabajo y al rendimiento; dificultad para
expresar emociones cálidas y tiernas.
Este grupo se caracteriza por un
patrón penetrante de temores anormales, incluyendo relaciones sociales,
separación y necesidad de control.
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